Muchas personas aprovechan las vacaciones escolares para descansar en familia, o para armar un viaje y escapar del frío. Cualquiera sea tu caso, es importante que si decides tomarte un break estas semanas no olvides cómo afecta a tu dinero.

Pensémoslo como una ecuación sencilla: el monto inicial (tu sueldo) no varía, pero sí varían tus gastos. ¿Qué sucede a fin de mes si no hay un control de lo gastado? Evidentemente los números al cierre juegan en contra. Mucho se habla del peligro de los gastos hormiga, pero poco se toman en serio y (en serio) pueden marcar una diferencia en tu capacidad de ahorro.

Este mes las playas, lagos y campos se llenarán de personas en modo descanso y recarga de energías, pero también en modo “total para eso trabajo”. Y esa mentalidad es la que hará que los cafecitos de mitad de mañana que tomabas en la oficina pasen a ser cafecitos frente al mar sumados a una comida en restaurant, el pancito amasado de la esquina y cualquier artesanía local para el recuerdo. En esos momentos cuestiona tu billetera y pregunta si realmente ese gasto es necesario o un aporte real a tus vacaciones.

No se trata de no disfrutar la vida y el relajo, se trata de evaluar tus gastos para que cuando vuelvas a la rutina efectivamente las vacaciones hayan sido un relajo y no un descontrol que haga que tu cabeza se llene de preocupaciones para pensar cómo pagar lo vivido. La importancia de la planificación y de llevar todo lo necesario para tus vacaciones hará que tu mente se desconecte de verdad, sin pensar en que tienes que gastar innecesariamente.

Disfruta, descansa y recuerda que los gastos hormiga pueden hacer una diferencia importante en tu ingreso.