Hace treinta años, los adultos tenían treinta, casa propia, trabajo estable y varios hijos.

Hoy, los millennials, ya con 30 y más, aún no se sienten adultos ellos mismos. El sueño de la casa propia es más que nada eso, un sueño. Quizá con mucha suerte un departamento a varios años en una zona periférica. El trabajo estable y concienzudo dejó paso a varios trabajos a corto plazo, para enfrentar nuevos desafíos. Y los hijos, bueno, actualmente la tasa demográfica va en retroceso. ¿Te identificas?

Analicemos el asunto juntos. Primero, los yugos y demandas del “deber ser” quedan de lado ante una generación que se expresa como quiere y que busca desmarcarse muchas veces del legado familiar. Por lo mismo, la elección de carreras o de vida laboral está asociada a una fuente de realización personal más que proveer para la familia o seguir patrones anteriores.

Esas mismas ganas de realización personal y profesional conllevan mayor tiempo (y dinero) invertido en estudios. Jóvenes que no se conforman con la educación superior sino que buscan posgrados de diversos tipos y ojalá algún estudio en el extranjero.

El concepto de familia tradicional cambia por parejas sin hijos, vivir con amigos, vivir solos o con mascotas. El cambio climático hace lo suyo y genera conciencia en una generación que busca vivir de forma más sustentable o al menos reflexionar acerca de su consumo, así que los bienes que adquiere son menos.

¿Y ahora, qué tienen que ver con el mundo de las finanzas? Pues todo. Una generación cuyas prioridades se desmarcan con fuerza de la generación anterior busca generar impacto en áreas sociales, económicas, de comunicaciones, etc. Si tienen poco capital para invertir, van a decidir muy bien dónde y cómo hacerlo, buscando la innovación y el aporte directo a su forma de vida.

Así que sí, en este momento los millennials tienen mucho que decir con respecto al comportamiento económico del país y son esas conductas las que debemos mirar para que como actores económicos entreguemos la confianza y la información necesaria.