En noviembre, tras la victoria de Donald Trump como presidente y un nuevo recorte de tasas por parte de la Fed, las acciones estadounidenses registraron ganancias significativas. El S&P 500 avanzó un 5,9% y el Nasdaq 100 subió un 5,3%.
2025 se perfila como un buen año para las inversiones en Venture Capital gracias a la convergencia de tres ciclos favorables:
El ciclo de levantamiento de fondos en mercados privados ha tocado fondo tras una corrección significativa en los últimos 2-3 años, lo que genera menores niveles de competencia para nuevas inversiones, valoraciones atractivas y un mayor potencial de rendimiento.
La disrupción tecnológica liderada por la inteligencia artificial generativa marca el inicio de un nuevo ciclo de innovación, con un impacto potencial comparable o incluso superior al del internet o el smartphone. Este desarrollo está generando oportunidades únicas en el ámbito del venture capital, donde las inversiones en etapas tempranas de IA destacan como especialmente prometedoras. La creciente relevancia de la IA ha llevado su participación en las inversiones de capital de riesgo a aumentar del 2% en 2022 a un estimado 15% en 2024, consolidándose como un motor clave de oportunidades en el sector.
La normalización de tasas de interés y los estímulos en economías clave apuntan a una transición hacia la expansión económica, lo que favorece a los mercados privados, incluido el Venture Capital. La disminución del costo del capital podría dinamizar las fusiones y adquisiciones (M&A), permitiendo transacciones previamente inviables. Además, tras dos años de actividad limitada en IPOs, las expectativas están centradas en un repunte significativo para 2025.
Las valoraciones en Venture Capital, aunque han mostrado una recuperación significativa durante el año, aún permanecen por debajo de sus máximos alcanzados en 2021. Esto crea un escenario atractivo con un mayor potencial de retorno.
El retorno negativo desde el inicio del fondo refleja el contexto de su lanzamiento, caracterizado por altos niveles de liquidez y un optimismo generalizado hacia las empresas tecnológicas. Sin embargo, desde 2022, el entorno macroeconómico experimentó cambios significativos, con correcciones en los mercados y una parálisis en las salidas. A pesar de estos desafíos, el fondo ha comenzado a mostrar señales de recuperación.
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