Las tarjetas de crédito comenzaron a tener un boom en Chile durante los noventa (a pesar de tener su inicio a finales de los setenta). La mayor accesibilidad llevó al mayor uso, no solo en grandes tiendas, sino en pagos automáticos de cuentas, en matrículas para educación, en viajes y grandes compras en cuotas. Para algunos es un alivio contar con ese método de pago, pero para otros significa descontrol de gastos, lo que implica luchar mes a mes por controlar el aumento de los intereses por no poder saldar la deuda del “dinero en plástico”.
¿Sabes cuáles son los principales mitos en torno a las tarjetas de crédito? Acá te lo contamos para que puedas hacer un buen uso de ellas en el día a día.
Mito #1: “Las tarjetas de crédito llevan a un ciclo vicioso de endeudamiento”
No necesariamente. El uso de las tarjetas de crédito requiere responsabilidad para no caer en un círculo vicioso. Si consideramos el dinero de la tarjeta como un uso constante en el que siempre estaremos “al debe”, se vuelve peligroso. Usar la tarjeta es para situaciones específicas y controladas, no para sumarlo como más dinero o un extra al sueldo mes a mes.
Mito #2: “Pagar el mínimo de mi tarjeta de crédito es suficiente”
Al contrario de lo que se cree comúnmente, pagar el mínimo no es suficiente. Los pequeños montos sirven para cubrir una base muy inferior y los intereses y comisiones por no saldar el monto total (o al menos gran parte en mucho tiempo) termina afectando al consumidor.
Mito #3: “El pago automático de cuentas es peligroso”
¡Para nada! Las cuentas domiciliarias son un gasto fijo mensual, si las pagas todas con cargo a tu tarjeta de crédito y luego cubres dicho gasto, lo único que generas es el beneficio que te dará tu banco por haber usado la tarjeta (puntos, millas de viaje, canje de productos, etc).
¿Los habías escuchado? ¿Cambia en algo tu percepción con respecto a las tarjetas de crédito? Como todo en la vida, lo clave es el equilibrio pero sin duda este tipo de pago puede ser un gran aliado en el día a día.
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