Cuando la plata no alcanza para comprar algo que deseas y necesitas (sabemos que a veces no lo necesitas, pero no te vamos a juzgar) está la opción de pedir un crédito, ya sea a tu propio banco, a una casa comercial o a otras entidades prestatarias.
Y siempre, siempre, siempre, debes comparar. Evalúa la mejor tasa de interés, en cuánto tiempo según tu realidad podrías pagarlo, qué costo-beneficio tiene este crédito para tu vida, viendo si realmente lo necesitas o no.
Lo primero es preguntarte: ¿el dinero que necesito para pagar la cuota del crédito existe? Es decir, tengo un margen en mis ingresos y gastos que realmente me permite hacer esto, o me va a generar un problema. Recordemos que las tasas de interés actualmente están elevadas, probablemente vas a pagar más del doble del monto solicitado, así que no es una pregunta trivial ni etérea. Si existe ese margen de dinero en tu ingreso, perfecto. Puedes realizar la solicitud y solicitarlo. Y si no, quizá lo mejor es postergar la adquisición que buscabas.
Cuando ya decidiste y se aprobó la solicitud, llega el dinero, haces la transacción y obtienes lo que querías. ¿Y ahora qué? Vienen los pagos mensuales acordados, y eso implica un reajuste en tu planilla de gasto mensual. Es importante que ese reajuste en tus gastos sea debidamente pensado para poder gestionar el pago de tu crédito de forma ordenada.
En ese escenario, añades tu cuota a la planilla de gastos mensuales. Recuerda que puedes solicitar uno (o unos) meses de gracia antes de comenzar el pago.
Los seguros son otro tema al momento de simular tu crédito: seguro de desgravamen y seguro de cesantía. Quizás no los consideras necesarios porque son un cobro extra (y lo más probable es que no mueras ni quedes sin trabajo, eso esperamos) pero, todo puede pasar. Un par de precauciones más no harán mayor diferencia en el monto asignado y como dicen “es mejor prevenir que curar”.
Con tu planilla de gastos en orden y las cuotas del crédito apareciendo sin falta, te damos otra recomendación: si estás con un crédito vigente, evita otro tipo de deudas. A la vez que pagas la cuota, no uses en exceso tu tarjeta de crédito (¡ese es dinero que no tienes, recuérdalo! se hace real y se convierte en deuda al momento de gastarlo).
Mantener tus finanzas en orden entrega tranquilidad a tu vida, eso no lo dudamos y sabemos que tú tampoco.
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